jueves, 15 de noviembre de 2007

Ayer fui un mago


Ayer fui un mago, que vendió su alma por un amor maldito,

Así fue que anduve errante por los ultramundos,

No tuve ni siquiera una orilla, en eones de siglos,

Donde el tiempo no era más que una hoja olvidada en una pecera,

Fui culpable, porque no creí en tus palabras salobres

Y me dejé vencer por las fulgurantes ventanas del ocio,

Caminé, caminé, más allá de los siete estadios,

Hasta caer rendido a tus pies:

Y tuve que reconocer mi error,

¡Nunca supe amar!,

Creí, que yo era un ave solitaria, un lobo

Que podía solo sonreír y cantar;

Y que jamás, jamás necesitaría llorar.

No comprendí, el valor de mirar juntos los nudos del abismo,

Siempre creí, que el hombre era una nave exploratoria

Que iba de puerto en puerto, tejiendo esperanzas y sueños,

Pero ahora se, en el fondo de esta tumba fría,

Que aún, aun: ¡te deberé que esperar!

2 comentarios:

Juanita dijo...

Felicitaciones

Anónimo dijo...

Don Mario: Felicitaciones, me encanto sus poemas, me hicieron reflexionar sobre cosas tan sencillas de la vida, pero que son tan importantes, que dan sentido a nuestras vidas.
Me impresiono, la calidad literaria de sus escritos. José Amador Hernández H