sábado, 5 de marzo de 2011

MALVA MARINA ( la hija olvidad de Pablo Neruda)


Ave transmigratoria que vuela de iceberg a trópico,
como un útero insondable,
Como un derecho adquirido
A fuerza de tocar tantas guitarras,
En nuestra inmensidad de torpes no oímos tu gemido,
nos encandilaba la luz.
Fuiste un bergantín insomne
Vendido a los traficantes malditos
Y no escuchamos tus gemidos,
Estábamos ebrios de tantas palabras
Y nos dormíamos en el edén solapadamente.
Hasta que enviaste tus emisarios a recoger caracolas
A las playas de Holanda,
Por ellos supimos que nada pedías,
Fuimos nosotros los que te pedimos oídos.
Arrastramos el cofre desvaído del perdón tardío,
Para besar la hosca desidia.
Deja Malva Marina que llegue un verso a buscarte,
Que cruce el océano,
y en delfines lánguidos de amor
cabalgue por los acantilados,
buscando tus ojos que nunca lloraron,
y tu pequeña mano que dibujó
las mañanas inertes de Madrid.
Nunca vinieron las caracolas a salvarte,
y los mascarones de proa dormían sus sueños de mares
Sin verte siquiera,
Como un ave menor, en el alto mástil
Saludando la noche,
Sin prisas, sin traumas.