Traeré agua de las vertientes más profundas,
Esparciré las fuentes originales
que alimentaron la vida,
Donde amaron y sufrieron
los que sustentaron la esperanza,
Vaciaré en las aguas de mi río, la furia
De los que mataron a sus hermanos,
De los que conquistaron los nuevos territorios
Y que usurparon a los que amaban la tierra.
Construiré un río nuevo,
Le pondré la voz de los niños que cayeron
En la “justa guerra de los hombres”,
Y de todos los pequeños
que mueren de hambre cada día.
Pero, también le vaciaré la fuerza del que lucha
Cada día contra la adversidad,
Con la voz de la mujer que cultiva el arroz,
Y la que cosecha la fruta de sol a sol,
Del hombre solo que cría a sus hijos.
Escanciaré en mi río un grito profundo,
Solapado, del que trabaja por los demás,
Con una fe inquebrantable,
También le pondré el perfume de tu espalda,
La plenitud de tus rodillas,
Y esa luz de amor que hay en tus ojos
Cuando me miras cada mañana.
1 comentario:
Mario. Recibe mi afectuoso saludo. Solo puedo decirte,que este es un rio que jamas se secara;pues nadie podra evitar que caiga la lluvia. Siempre sera un placer leerte. Con infinito respeto.
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